Ya existía evidencia que hablaba sobre el efecto Mozart , lo que significa, que las composiciones de este genio musical ayudan a reducir la tasa de pulsaciones cardíacas, disminuye la concentración de hormonas relacionadas con el estres, aumenta el nivel de oxigeno en la sangre y provoca un estado de relajacion general.
Pues bien, esto también tendría su efecto sobre los niños y sobre los bebés: para éstos últimos, no habría nada mejor que las inmortales composiciones de Mozart, según una reciente y particular investigación realizada en Israel. Según este trabajo, hacer escuchar una media hora de estas obras clásicas a los bebés prematuros les ayudaría a calmarlos y a que ‘ consuman’ menos energía. Lo que también les permitiría crecer y ganar peso de manera más rápida y efectiva.
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